HIPOTECAS

A los españoles nos apasiona la propiedad. Nos da seguridad comprar nuestra casa. Desde luego, es uno de los momentos más ilusionantes de nuestra vida.

La mayoría necesitamos un préstamo para comprar nuestra casa. Como garantía del pago del préstamo hipotecamos nuestra casa.

Los contratos predispuestos por el banco, a veces, hacen que nuestra hipoteca sea una pesadilla.

Los contratos de préstamo hipotecario se firman ante notario, pero es el banco el que establece el clausulado.
En muchos de los contratos los bancos establecieron límites a la variación de los tipos de interés. El límite mínimo (suelo) suele ir acompañado de un límite máximo (techo). Por supuesto, el techo es disparatado: 10, 12 o 15% en comparación con el suelo. La cuestión es que a los clientes no les informaron de las consecuencias de establecer un suelo que les cuesta miles de euros.

En los años en los que el cambio del euro por el yen japonés y el franco suizo estaba en máximos históricos, algunos bancos ofrecieron a sus clientes una hipoteca con la que los clientes abarataban la cuota sensiblemente. Son las hipotecas multidivisa. El problema es que, cuando cambiaron las tornas, las cuotas se incrementaron exponencialmente. Lo peor es que, después de muchos años pagando, los clientes ven que deben al banco más dinero del que recibieron en préstamo. Los bancos ofrecían el producto resaltando la diferencia de cuota entre el préstamo multidivisa y una hipoteca vinculada al Euribor. El banco no se preocupó de informar de los riesgos de este producto en el que los clientes se convierten en apostadores sobre el tipo de cambio jugándose su casa. Eso sí, el banco solía colocar esta hipoteca multidivisa entre personas con unos ingresos medios/altos. Está claro que el banco si velaba por su solvencia, sin importar trasladar a los clientes un riesgo inasumible.

Las situaciones más graves son las de las familias que han perdido su casa. No pudieron pagar y fueron desahuciados, a menudo aplicando cláusulas abusivas de vencimiento anticipado del préstamo. Por cualquier incumplimiento parcial, el banco puede resolver el contrato y exigir el pago inmediato de todo el dinero prestado. A ello se une la aplicación de intereses de demora totalmente desproporcionados que incrementan la deuda.

Por lo demás, los hipotecados tuvimos que asumir el pago de los costes asociados a la constitución e inscripción de la hipoteca, que sólo le interesa al banco, no al cliente.
Todas estas cuestiones pueden reclamarse. En muchos casos, los clientes no reciben respuesta favorable de los bancos para que les compense por la aplicación de la cláusula suelo. Los bancos rechazan en masa las reclamaciones por hipotecas multidivisa o gastos hipotecarios. Los clientes se ven abocados a demandar si quieren liberarse de la pesadilla de su hipoteca y recuperar su dinero. En este momento los clientes se ven abrumados por publicidad de cientos de despachos “expertos en reclamaciones bancarias” que han nacido como setas en un otoño favorable. El cliente se merece un asesoramiento profesional de un experto.

Mi experiencia como responsable procesal del despacho más relevante en reclamaciones bancarias me aporta un bagaje determinante para este tipo de reclamaciones.

Analizo toda la documentación e información de la que han dispuesto los clientes. Reviso las escrituras y planteo la estrategia a seguir. Después presento el presupuesto a los clientes. En algunas reclamaciones el presupuesto se establece “a éxito”, en otras presento una estructura mixta.