BANCA PRIVADA

¿QUÉ ES?

BANCA PRIVADA

La banca utiliza áreas específicas e incluso bancos filiales para gestionar lo que se denomina banca privada. Son áreas del banco que se promocionan como asesores personalizados y gestores de patrimonio de los clientes.

El criterio de pertenencia de los clientes a estas áreas reservadas es el dinero depositado en el banco. Por lo general, los clientes no son expertos financieros, si no ¿para qué necesitarían un asesor?

En demasiadas ocasiones, los asesores personales (incluso llegan a denominarse banqueros) lo que hacen es colocar entre sus clientes los productos financieros que el banco tiene “en campaña”. Para realizar esa labor de distribución poco importa si el perfil del cliente es adecuado al producto recomendado o si el cliente ha comprendido las implicaciones que puede tener la contratación del producto. A menudo, la banca privada sirve para distribuir productos complejos, y en algunos casos con un riesgo incompatible con la mayoría de los perfiles de los clientes.

PRINCIPALES PERJUDICADOS

Los clientes son expuestos a unas posiciones de riesgo de las que no son conscientes. Por desgracia, a veces, los riesgos se materializan y causan pérdidas inesperadas para los clientes.

Las “víctimas de la banca privada” van desde el empresario, el rentista, la persona que vendió su negocio, el farmacéutico que traspasó su farmacia, personas que recibieron una importante indemnización laboral o por accidente o personas que habían vendido con éxito alguna propiedad. En la mayoría de los casos se trata de personas que en un momento determinado cuentan con una notable suma de dinero, y que, detectados por su sucursal, son dirigidos al área de banca privada del banco.

Con una estética impecable se invita a los clientes a eventos y se les promete un trato personalizado. Los clientes podrán beneficiarse de un servicio “de lujo”. La realidad es que, en muchas ocasiones, los imponentes asesores personales son comerciales que se dedican a vender los productos que más margen dejan al banco. ¿Adivinan qué? Esos productos son los que reportan un bonus más suculento a los empleados del banco.

Si el cliente no ha sido informado de forma completa, clara y comprensible de la naturaleza y riesgos de los productos recomendados, o si ha sufrido un mal asesoramiento con recomendación de productos incoherentes con su perfil, el cliente puede y debe reclamar.

PRODUCTOS DE BANCA PRIVADA

La banca privada “vende” la idea de que sus clientes pueden acceder a productos exclusivos, cuando lo que hace en demasiadas ocasiones es colocar a los clientes productos más complejos.

Los productos más problemáticos de banca privada son bonos estructurados y convertibles, notas de capital, participaciones preferentes, estructurados (Tridentes y financieros a plazo), bonos autocancelables, Valores Santander, derivados de materias primas y de tipos de interés, y swaps con opciones. Estos productos fueron colocados en campañas por una u otra banca privada, dependiendo de su política comercial.

Los asesores a veces colocan los productos destacando cualidades que no tienen. Así, se han vendido como productos de renta fija sin riesgo las notas de capital o las preferentes, cuando en los folletos de los emisores se especificaba que sólo podían distribuirse entre personas con conocimientos y herramientas analíticas.

Los tridentes y los contratos financieros a plazo, con los que se puede perder todo el capital, se venden como depósitos estructurados cuando no lo son. Los depósitos estructurados no tienen riesgos de capital y lo que es variable es la remuneración.

Los bonos estructurados o autocancelables se colocan como bonos sin riesgo, cuando el cliente pone en riesgo todo el dinero invertido.

Los derivados sobre materias primas, tipos de interés o acciones son productos que prácticamente ningún cliente puede valorar su riesgo, y por tanto su colocación en campaña es sencillamente una barbaridad.

Estos productos se ofrecían como adecuados a los clientes, sin importar incluso que existieran contratos de gestión de cartera que prohibían expresamente la contratación de productos complejos de riesgo.

MI EXPERIENCIA EN BANCA PRIVADA

He participado en varios de los casos más exitosos de reclamaciones a banca privada. Entre los casos más recientes, la sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid que ratifica la nulidad de un «contrato financiero a plazo» de 500.000 euros recomendado por Popular Banca Privada a un empresario. O la Sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid, firme, contra Caixabank por la comercialización que hizo Barclays de preferentes a un abogado por 200.000 euros.

En cuanto a tridentes, cabe mencionar la Sentencia de la Audiencia Provincial de Las Palmas que condena a Banco Santander por colocar Tridentes a dos hermanas a las que debe devolver un millón de euros. También la sentencia por la que Banco Santander fue condenado por la Audiencia Provincial de Madrid en razón de un tridente de 300.000 euros colocado a una víctima de un accidente de tráfico.

Sobre bonos estructurados, destaca la condena a Caixabank por más de 300.000 euros por la comercialización que hizo Barclays al exsocio de una auditora.

En relación con las notas de capital y las preferentes, participé en el procedimiento en el que Bankia fue condenada a indemnizar con 3,4 millones de euros a 25 clientes por la colocación que hizo Altae de productos de Lehman Brothers. También la Sentencia firme que condenó a Deutsche Bank por comercializar preferentes a 49 clientes a los que devolvió tres millones de euros.

Especialmente relevante es el caso de la condena a Bankinter a devolver más de 6 millones de euros a 81 clientes que adquirieron bonos y preferentes de Lehman Brothers y bancos islandeses. En este procedimiento, el Tribunal Supremo ratificó la posibilidad de acumular las acciones de varios demandantes en una demanda.

Estos son algunos de los casos que he llevado y que acreditan mi experiencia con los productos de banca privada.

CÓMO TRABAJO

Me interesa conocer al cliente, su relación con el banco y por supuesto que documentación e información ha facilitado el banco.

Tras analizar el caso, puedo ofrecer mis servicios y presupuestarlos. Analizo el caso sin compromiso y sin coste.

Defino la estrategia que entiendo más adecuada y la comparto con mi cliente. Después preparo el presupuesto para que el cliente pueda valorar.

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